lunes, 2 de septiembre de 2013

Marilyn Monroe, Truman Capote y Miss Collier




Hace unos días compré el libro "Retratos" de Truman Capote y para ser sincero me fui directamente al capítulo "Una adorable criatura" que dedica a Marilyn. Tenía esperanzas de encontrar una chispeante semblanza de ella y ciertamente no me defraudó, demostrando el ingenio y frescura con la que escribía este Capote y que después también se me hizo palpable en los perfiles de Marlon Brando o Liz Taylor de los que igualmente recoge un acertado "retrato".

Capote conoció a Marilyn durante el rodaje de "La Jungla de Asfalto" y llegaron a trabar amistad. Todo el mundo tiene a Marilyn por una mala actriz, como una cara bonita adornada de unas oportunamente bien distribuidas curvas, pero el tiempo parece que va limando esa creencia general. De todos es conocido su paso por el Actors Studio cuando ya era una estrella y se sentaba al lado de simples alumnos con el afán de aprender, por cierto que cuando entró en dicha Academia le comentó a Capote: "Por una vez no me pidieron que abriera la boca o las piernas, ¡menuda suerte!". Bueno, a lo que iba, antes de entrar en el Actors Studio, fue recomendada por Capote a Miss Collier, Constance Collier (1878-1955) una prestigiosa actriz inglesa, que por aquellos años ya estaba anciana y achacosa, a fin de que esta le diera clases de interpretación y oratoria. Miss Collier había sido profesora de grandes figuras del cine, entre las que podemos mentar estrellas del calibre de Katherine Hepburn, Vivien Leigh o Audrey Hepburn. A Marilyn se refería como "Mi problema especial". No pudo disfrutar mucho tiempo Marilyn de las enseñanzas de Miss Collier ya que esta falleció al poco tiempo y de hecho el retrato que Capote hace de Marilyn comienza con el encuentro de los dos camino del funeral de aquella. En su narración hay un momento en el que Capote recoge textualmente la valoración profesional que la prestigiosa actriz y profesora tenía de su rubia alumna:

“Tiene algo. Es una hermosa niña. No lo digo por lo obvio, tal vez demasiado obvio. No es una actriz, en absoluto, en el sentido tradicional. Lo que ella tiene, esa presencia, esa luminosidad, esa inteligencia deslumbrante, nunca podría salir a relucir en el escenario. Es algo tan frágil, tan sutil, que sólo la cámara puede captarlo. Es como un colibrí en vuelo: sólo la cámara puede congelar su poesía. Pero quien piense que la chica es otra Harlow, o una puta, está loco. Hablando de locura, es de eso que nos estamos ocupando: de Ofelia. Supongo que la gente se reiría de sólo pensarlo, pero realmente podría ser la Ofelia más deliciosa del mundo. Estaba hablando con Greta la semana pasada, y le hablé de Marilyn como Ofelia, y Greta dijo sí, que lo creía porque la había visto en dos películas, muy comunes y vulgares, pero que de todos modos dejaban entrever las posibilidades de Marilyn. En realidad, Greta tiene una idea divertida. ¿Sabes que quiere hacer una película de Dorian Gray? Con ella como Dorian, por supuesto. Bueno, dijo que le gustaría que Marilyn fuera una de las chicas que Dorian seduce y destruye. ¡Greta! ¡Tan desaprovechada! Y qué talento, bastante parecido al de Marilyn, cuando se piensa. Por supuesto, Greta es una actriz consumada, de máximo control. Esta hermosa criatura carece de todo concepto de disciplina o sacrificio. No sé por qué, pero me parece que no llegará a vieja. Es absurdo que lo diga, pero siento que morirá joven. Espero, ruego, que viva lo suficiente para liberar ese talento tan extraño y encantador que es en ella como un espíritu prisionero.”

Terminaré esta entrada recogiendo un diálogo que tuvieron Capote y Marilyn sobre las puertas giratorias del Waldorf Astoria, hotel en que se alojaba nuestra amiga y desde el que se dirigía al mentado funeral. Marilyn le comentó a Capote que estas puertas giratorias le fascinaban y este le replicó:

"Son el símbolo perfecto de la vida. Creemos que vamos pero venimos. No sabemos si entramos o salimos".

Y Marilyn le respondió: "Tal vez lo sea para ti, pero para mí, las puertas giratorias son el símbolo del amor. Cada uno está solo entre dos puertas de cristal. Nos perseguimos y no nos alcanzamos jamás. Estamos lejos de nosotros mismos e imaginamos estar uno junto al otro. Nadie sabe quién va delante y quién detrás. Como los niños, nos preguntamos quién empezó a amar, quién a dejar de amar".

Ciertamente "Una criatura adorable"

En la foto Marilyn Monroe baila con Truman Capote

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